Ya hace algún tiempo hemos visto casas con fachadas curvas, una forma de brindar a esta zona tan visible del hogar una ventaja que de otra manera sería muy difícil de alcanzar. Dichas curvas u ondulaciones pueden ser generadas como parte de un aplique a mamposterías ya existente o logrando que estas mismas hagan la forma correspondiente.
Su utilización masiva data de hace ya muchas décadas y para nada se trata de una innovación. Incluso, para algunos estudiosos, esto podría ser parte del clásico estilo mediterráneo que ha ido mutando hacia lo que podemos ver actualmente con otros colores, materiales e incluso curvas más pronunciadas.
Creemos además que las formas irregulares siempre se lucirán más en viviendas de dos o tres plantas. Aquellas de un solo piso pueden pasar desapercibidas y no se aprovechará tanto esta virtud.
No sólo es posible encontrar las curvas en las fachadas, algunos también las trasladan a la parte posterior haciendo que la contrafachada se vuelva aún más interesante. Por ejemplo, en caso de contar con una piscina en forma de riñón o una que se salga del clásico rectángulo irá bien en línea con la estructura de la edificación.
Generalmente, y ya para terminar, esto queda relegado a la zona de la fachada podemos observarlo además en los techos y no sólo en las paredes. Los vidrios, por lógica, no pueden acompañar siempre las formas de los elementos que los circundan. Sin embargo, su forma plana no suele desentonar con el resto.